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Cerveza de la que podemos decir que es magia y alma negra: una "Eisbock" color muy oscuro, casi negro. Madurada siguiendo una receta especial, congelando ("eis en alemaán es congelar) el mosto a una temperatura de -20º, para a continuación retirar capas de hielo que se forma, consiguiéndose esa alta graduación alcohólica. Es una cerveza muy intensa, y en cierto modo clásica y para muchos considerada la mejor cerveza en este tipo. Con un cuerpo suave y elegante Sabores picantes de ciruela, plátano y clavo se revelan junto con un toque de almendra amarga y mazapán. Se nota la alta graduación alcohólica, pero no obstante fácil de beber. No debe ser tomada fría, para apreciar los matices y aromas.
Maridaje: Para tomar como copa de sobremesa. Y también con crepes, chocolate negro, tiramisú y queso parmesano muy maduro.