La cerveza de la semana
BALADIN: buen gusto e innovación con comienzo en un garaje y un gallinero.
Normalmente, siempre hay una historia más o menos sorprendente detrás de cada cerveza.
Y la de Baladin, que merece ser conocida, es la de Teo Musso, nacido en Piozzo, una localidad rural del Piamonte italiano, a 80 km. de Turín.
Según cuenta él mismo en la web, llega a la cerveza como modo de rebelión contra la tradición de beber vino casero, elaborado por su padre, en las comidas. Incluso aunque sólo pudiera acceder a lagers industriales.
Este es el nacimiento del interés por el mundo de la cerveza, siempre orientado a combinarla con la gastronomía.
En Piozzo convierte en pub una posada abandonada, a la que llama Le Baladin (que significa narrador, en francés antiguo), aunque en los inicios no produce cerveza.
En sus viajes a Bélgica trabaja en Brasserie d´Achouffe y conoce a Jean-Luis Dits (de Brasserie á Vapeur). Y son estos hitos los que marcan el inicio como cervecero, en un garaje junto al pub, y adaptando viejas cubas de leche en fermentadores de cerveza.
En 1.996 comienza la producción de cerveza, con ISAAC y BITTER, sólo para los clientes del pub, para luego comenzar la distribución en los restaurantes de toda Italia.
A las novedosas recetas (no siempre bien aceptadas al principio) añade novedosas botellas, inspiradas en las de vino, y llamativas etiquetas. Siempre a la búsqueda de una alternativa al vino italiano en los restaurantes del país.
Tanta es la pasión por la cerveza que dos de sus cervezas tienen los nombres de sus hijos (Isaac y Wayan), y otra la de su madre (Nora).
La producción en el garaje junto al pub crece, y convierte un antiguo gallinero en bodega de fermentación, a la que traslada el mosto desde el garaje mediante una tubería de acero, subterránea, que atraviesa el centro de PIOZZO.
Para en la actualidad haber trasladado todo el proceso de elaboración al que fue en su día un gallinero, ampliando notablemente el número de cervezas nuevas, siempre con vocación de integración de agricultura, gastronomía y cerveza.
Tal es el ánimo innovador en el mundo de la cerveza que junto con Lorenzo Dabove (más conocido como Kuaska), crítico cervecero italiano, crea el primer vaso diseñado para degustar cervezas artesanales: TEKU. A lo que hay que añadir otras iniciativas como la del proyecto OPEN para dar a conocer su visión sobre el mundo de la cerveza artesanal, con una cerveza de código abierto: recetas disponibles para todos los cerveceros caseros a través de internet.
Un segundo pub OPEN BALADIN, en Roma es un verdadero punto de referencia para los amantes de la cerveza y centro para la cultura cervecera italiana e internacional. Y ¿qué pasó con el gallinero? Ahora se llama «Cantina Baladin» y aquí es donde envejecen las cervezas especiales, a las que llaman “vinos de cebada”. Es el hogar de los muchos Xyauyù y de las dos cervezas dedicadas al mundo del vino: Terre y Lune, que reposan en 160 barricas de roble que muchos grandes fabricantes de vinos italianos han aportado a la idea.
Hoy las cervezas Baladin se producen con las mejores tecnologías que permiten combinar la artesanía y la calidad. Más de 30 variaciones de sabor y formato en continua evolución y con novedosas recetas.
Nosotros hemos probado y os proponemos ISAAC, de color amarillo pajizo, aspecto turbio, y cremosa espuma que desaparece rápidamente. Aromas a albaricoque, levadura y cítricos, al que sigue el gusto algo picante del cilantro, que marca claramente la cerveza. Fresca y de cuerpo ligero. De inspiración Witt o Biére Blanche belga.
Es una cerveza ideal para tomar como aperitivo y con aperitivos, verduras y pescados.
Y ya sabes, si quieres probar: www.cervezasdiferentes.es
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